Vacío. Sí, vacío. Creo que lo podría describir así. Realmente no te buscaba, apareciste, no quería verte y ahora que te veo demasiado bien sólo encuentro vacío.
Es extraño como entre tanto mal siempre acabas encontrando un trocito de cielo. A quienes te aferras con fuerza para no caer al agujero negro que, impaciente, espera un despiste por tu parte para engullirte.
Pero cuando encuentras algo tan reluciente entre tanta oscuridad no puedes evitarlo. Y caes hacia eso, creyendo que brilla tanto que podría ganar a la oscuridad.
Luego olvidamos lo que somos, porque al final somos personas, con todo lo que ello conlleva.
No me gusta esto, en fin, que me gustaría pensar que la que lucha hasta caer derrotada por la razón no sólo soy yo.
De vez en cuando me dabas razones para volver a levantarme, esperanza, supongo.
Y yo me levantaba y caía, y levantarse y caer y levantarse y caer...
Empiezo a pensar que quizás, sólo quizás, la vida no sea eso. Que al fin y al cabo me merezco hacer menos por una buena razón y que sea recíproco.
Lo merezco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario