Querías ser poeta
y te quedaste en Zafón.
Querías ser mi héroe
y te quedaste en días grises y recuerdos acompañados de mi risa hueca porque ya sabía que nunca lo conseguirías.
Quería que fueras intocable, un ser misterioso y perfecto,
pero ya se sabe que la perfección huye de los hombres y más aún de gente como tú.
Quería ser yo misma,
pero tú nunca fuiste transparente.
Si tú mientes, yo miento. Si tú hablas, yo río. Si tú lloras, yo soy tu hombro.
Si tú saltas
yo me quedo en el suelo.
Al fin y al cabo, tú me enseñaste a seguir cuerda y yo acepté tu locura, no lo olvides.
No hay comentarios:
Publicar un comentario