porque tengo los ojos rojos
y no quiero dar señales de que estoy loca de atar.
No tiene piedad
el olor a manzanilla en los párpados
o el conductor que presume de frenar
a pocos centímetros de la niña.
En esos casos no hay risa
pero tampoco drama.
No sé cómo decirte que no
que no
que no quiero empezar esta frase con un no
pero tú no paras de contarme esos cuentos
que no tienen alas
ni libertad
y ni una sola frase que no diga NO.